Se trata de un tratamiento indicado para el rejuvenecimiento cutáneo, gracias al cual conseguimos una mejora de la textura y apariencia de la piel; adecuado en una piel estropeada, poros dilatados, arrugas finas, manchas oscuras, lesiones de acné…
El tratamiento consiste en la aplicación, generalmente en varias sesiones, de distintos ácidos en función de necesidades.
De esta forma conseguiremos una exfoliación y oxigenación de la piel, mientras que frenamos el envejecimiento cutáneo y desde el primer momento obtendremos una piel más luminosa, más lisa y más tersa.